5 Tendencias que están moldeando la industria del petróleo y gas en 2025
La desaparición de la industria del petróleo y gas podría haber sido exagerada.
Desde la promesa de campaña de Donald Trump de "¡Perfora, bebé, perfora!" hasta el impulso acelerado de India para explotar sus campos petroleros offshore, la década de 2020 está tomando forma como una etapa de resurgimiento para la industria del petróleo y el gas.
Aunque la década comenzó con la idea de una eliminación gradual de los combustibles fósiles, la invasión de Rusia a Ucrania en 2022 llevó a los gobiernos de todo el mundo a priorizar la seguridad energética, impulsando la inversión en nuevos proyectos. Mientras tanto, los riesgos geopolíticos persistentes, especialmente en torno al Estrecho de Ormuz, han evitado que los precios del petróleo caigan demasiado, lo que ha fortalecido las reservas de efectivo de las empresas.
Sin embargo, en 2025, la industria intentará evitar repetir los errores de los ciclos pasados de auge y caída. Se destacan cuatro prioridades: acelerar los plazos de los proyectos, hacer que las instalaciones sean más adaptables a las condiciones cambiantes, abordar los desafíos relacionados con la fuerza laboral y cumplir con regulaciones más estrictas y demandas de los interesados sobre emisiones de carbono y sostenibilidad.
Tendencia #1: Auge de proyectos "Greenfield" impulsados por tecnología
Siguiendo la tendencia de los últimos años, 2025 debería ver inversiones sostenidas en nuevos proyectos. Según WoodMackenzie, las inversiones en petróleo y gas entre los mayores productores del mundo están destinadas a aumentar un 60% para el próximo año para satisfacer el repunte de la demanda global.
Los desarrollos offshore, en particular, están experimentando un renacimiento, con megaproyectos que prometen transformar a países con reservas profundas y ultra-profundas no explotadas, como Namibia y Guyana, en estados petroleros. Las grandes empresas de petróleo y gas esperan convencer a los inversores de que las nuevas tecnologías y las mejoras en eficiencia reducirán drásticamente los costos de los proyectos mientras disminuyen significativamente las emisiones durante la extracción, fortaleciendo el caso para la inversión en proyectos "greenfield".
Sin embargo, la ola actual de megaproyectos difiere de décadas anteriores por su dependencia de la tecnología digital a lo largo del ciclo de vida del proyecto. Los "gemelos digitales" han emergido como la piedra angular de la gestión de información del ciclo de vida, y según GlobalData, se estima que el mercado de gemelos digitales para petróleo y gas crecerá seis veces hasta alcanzar los $154 mil millones para 2030.
¿Qué está impulsando esta adopción? Un informe reciente de Hexagon muestra que los gemelos digitales ofrecen ventajas financieras, con un retorno de inversión anual del 27% derivado tanto del crecimiento de ingresos como de la reducción de costos. Más allá de lo financiero, estas tecnologías están ayudando a las empresas a acelerar sus objetivos de reducción de metano y CO2, alineando las operaciones con los imperativos de sostenibilidad.
Tendencia #2: Un impulso de rendimiento en sitios "Brownfield"
Mientras los proyectos "greenfield" (nuevas instalaciones) avanzan, también están elevando el estándar para las instalaciones existentes. Los sitios "brownfield" (instalaciones existentes) están bajo presión para mejorar su eficiencia y mantenerse competitivos, especialmente en regiones con altos costos de equilibrio, como el Reino Unido, Nigeria y Qatar, así como en instalaciones offshore o infraestructura envejecida.
La presión por un mayor rendimiento y confiabilidad también se extiende a las operaciones de transporte y refinación. Las refinerías europeas, en particular, han estado bajo escrutinio debido a márgenes decrecientes y sobrecapacidad, lo que ha llevado a varios actores clave a reducir operaciones.
El panorama sombrío está llevando a los operadores de sitios "brownfield" a recurrir a tecnologías para lograr ganancias de eficiencia y obtener mejoras en eficiencia y rentabilidad, señala McKinsey, una consultora:
"Los actores de la industria están impulsando el rendimiento y enfocándose en la mejora de los gastos de capital y la eficiencia de costos. Para lograr estos objetivos, los actores están adoptando nuevas tecnologías, incluido el uso de inteligencia artificial. Por ejemplo, están utilizando mantenimiento predictivo para analizar grandes cantidades de datos operativos en tiempo real junto con el rendimiento histórico para predecir y evitar fallos en el equipo."
Las empresas que buscan desinvertir pueden obtener mejores precios al mejorar la eficiencia de sus activos, mientras que herramientas como el software de Gestión de Activos Empresariales (Enterprise Asset Management) simplifican el proceso de diligencia debida. Con 2025 proyectado como un año récord para transacciones, escisiones y reconfiguraciones de carteras, las mejoras en sitios "brownfield" son una estrategia clave para maximizar los retornos.
Tendencia #3: El costo de una mala seguridad aumenta
Más allá del rendimiento operativo, otro factor desempeñará un papel importante en las fortunas de la industria: su historial de seguridad y medioambiental en los próximos años.
En las décadas de 1980 y 1990, los grandes derrames de petróleo moldearon de manera duradera la percepción pública y generaron un rechazo hacia la industria del petróleo y gas. Hoy en día, a medida que nuevos proyectos offshore entran en operación, los medios de comunicación y los activistas se apresuran a recordar al mundo el desastre de Deepwater Horizon en 2010.
Los tiempos han cambiado, y la industria ha avanzado: los informes indican que trabajar en el sector es más seguro que nunca. Sin embargo, la seguridad sigue siendo una prioridad financiera y operativa. Un mal historial de seguridad puede dar lugar a multas, demandas y primas de seguros más altas, en un momento en que las aseguradoras son cada vez más reacias a cubrir proyectos de petróleo y gas. Las instalaciones con un mal historial podrían volverse inasegurables, añadiendo otra capa de riesgo.
Un factor subestimado que impulsa el riesgo operativo es la baja calidad de la información sobre los activos. Cuando los empleados no pueden confiar en la precisión de los datos en los que se basan, se ven obligados a recurrir a verificaciones de campo costosas e ineficientes para garantizar la seguridad y los estándares operativos. Esto socava la capacidad de la industria para abordar los riesgos de manera proactiva.
Para mejorar los resultados de seguridad y reducir las ineficiencias, se espera que las empresas adopten cada vez más enfoques más completos de gestión de riesgos, como la Evaluación de Criticidad Basada en Riesgos (Risk-based Criticality Assessment) o la Gestión de Riesgos Operativos (Operational Risk Management). También deberán abordar problemas persistentes como sistemas de alarma inadecuados, procedimientos obsoletos o procesos manuales de permisos de trabajo. Las inversiones en automatización y la reducción de la presencia humana en áreas peligrosas también crecerán, impulsadas por los objetivos gemelos de eficiencia de costos y prevención de lesiones.
Tendencia #4: IA (casi) en todas partes
Ya sea para mejorar la seguridad, la eficiencia o la optimización de la producción, el sector de petróleo y gas está apostando por la inteligencia artificial (IA).
En el informe Digital Twin Industry Report de Hexagon, el 47% de los profesionales de la industria afirmaron que planean añadir capacidades de IA, situando al sector por delante de muchos otros en términos de adopción.
Entonces, ¿para qué sirve la IA? En nuevos proyectos, ayuda a agilizar la incorporación y contextualización de datos, reduciendo los plazos de los proyectos, el retrabajo y los sobrecostos. La IA también puede extraer y verificar información de fuentes heredadas, abordando problemas persistentes relacionados con la calidad de los datos. Esto es crucial, ya que la efectividad de la IA depende de la calidad de la información que procesa: el principio de "basura entra, basura sale" sigue siendo aplicable.
En instalaciones existentes, la IA ya está haciendo que el mantenimiento predictivo sea algo común, utilizando aprendizaje automático para prever fallos en los equipos, reducir tiempos de inactividad y disminuir costos. El monitoreo de condiciones a menudo se integra en estos sistemas, añadiendo otra capa de eficiencia.
El alcance de la IA también se está ampliando. La seguridad y las inspecciones son áreas clave de crecimiento, con el 23% de los empleados del sector de petróleo y gas informando que sus empresas ya están utilizando IA para estas tareas. Por ejemplo, la visión por computadora está permitiendo la detección automatizada de anomalías y la realización de inspecciones en entornos peligrosos.
De todas las industrias, los empleados de petróleo y gas son de los más optimistas respecto al potencial de la IA: el 70% cree que puede aumentar la productividad, según el Global Energy Talent Index 2024.
Tendencia #5: El cambio generacional podría causar problemas de productividad
Aumentar la productividad será, sin duda, un desafío clave en los próximos años, ya que la industria enfrenta un cambio generacional significativo.
A partir de 2022, uno de cada cinco trabajadores del sector de petróleo y gas tenía más de 55 años, lo que pone de manifiesto una fuerza laboral envejecida y la lucha histórica del sector por atraer talento joven, especialmente en oficios especializados. En los últimos años, muchos empleados también han migrado a otros sectores, incluidos los de energías renovables, lo que ha reducido aún más el grupo de talento disponible.
A medida que se intensifican las contrataciones, el enfoque está cambiando hacia la capacitación y el desarrollo de habilidades para satisfacer las demandas de crecimiento. ¿El desafío? Cerrar la brecha entre la experiencia de los veteranos con 20 años en el sector y los nuevos empleados con solo unos pocos años de experiencia. Aquí, las herramientas digitales son esenciales, ayudando a las empresas a capturar el conocimiento informal que no aparece en los procedimientos: ese tipo de experiencia práctica que mantiene las operaciones funcionando sin problemas.
Las nuevas herramientas de gestión de procedimientos podrían ser parte de la solución, ayudando a las organizaciones a documentar prácticas del mundo real mientras también permiten validar competencias. Estas herramientas pueden cerrar la brecha entre el conocimiento procedimental y la experiencia práctica al vincular de manera contextual los materiales de capacitación con oportunidades de aprendizaje en el trabajo.
Esta tendencia encaja en una narrativa más amplia: en una industria construida sobre experiencia adquirida con esfuerzo pero lenta para adoptar tecnología en el lugar de trabajo, 2025 podría marcar un punto de inflexión, transformando al petróleo y gas de ser visto como una industria en declive a una que puede evolucionar hacia una mejor versión de sí misma.